La iglesia salió a manifestase ante la gran cantidad de ludópatas que hay en La Rioja productos de Casinos protegidos
por el poder político para funcionar sin límites, convirtiendo a empobrecidos ciudadanos
riojanos en adictos al juego, generando daño social, familiar, sanitario,
económico y cultural.
La ludopatía consiste en un
trastorno en el que la persona se ve obligada, por una urgencia
psicológicamente incontrolable, a jugar, de forma persistente y progresiva,
afectando de forma negativa a la vida personal, familiar y vocacional. Modifica
la vida diaria de la persona que se ve
afectada por esta adicción, de tal forma que la familia, el sexo o incluso la
alimentación pasa a ser algo totalmente secundario. Por todo ello, no se debe
de confundir la ludopatía con un vicio, ya que en estos casos nos encontramos
ante una grave enfermedad crónica, una adicción.
El comunicado de la
iglesia riojana:
A la Función Legislativa De la Provincia de La Rioja,
Los miembros de la Parroquia Resurrección del Señor, de la
ciudad de La Rioja, y los abajo firmantes, entendemos imprescindible e
impostergable solicitar a la Función Legislativa de la Provincia el urgente
tratamiento y aprobación del proyecto de Ley que tramita en expediente 18A
00324 2014.
Dicha Ley creemos que aporta una mejora de condiciones sociales
de gran valor al limitar el horario de funcionamiento y establecer la
reubicación de los casinos y salones de juegos de azar.
El equipo de Pastoral Social de la Parroquia se ha interiorizado
de la situación actual y considera que el daño social, familiar, sanitario,
económico y cultural, que provoca el juego es desconocido hoy en sus
dimensiones reales.
Al mismo tiempo, constatamos que, por diversos, mezquinos y
perjudiciales intereses, es un drama invisibilizado en la sociedad y en el
Estado. El mismo hecho de que el mencionado proyecto haya sido girado a la
Comisión de Legislación General sin haber sido tratado hasta la fecha, permite
sospechar un desinterés legislativo y ejecutivo a la hora de regular un enorme
negocio que parece carecer de los mínimos controles que merece un sistema
democrático. Negocio que, además, está aprovechando el vacío legar de nuestra
legislación. Nuestra solicitud pretender representar un ejercicio de
participación ciudadana que extiende los derechos de nuestra condición de
votantes. Queremos mencionar algunos de los motivos que fundamentan nuestro
pedido…
El daño a la salud integral de personas y de familias que
ocasiona el juego es muy grande y grave. Las familias viven crisis profundas y
destructivas como consecuencia de la adicción que genera la actividad de
casinos y casas de juegos. Estos, a su vez, han diseñado su infraestructura y
actividad para provocar una creciente dependencia que impide a muchos de los
que asisten ejercer con plenitud su libertad y poner en juego las fuerzas de su
voluntad. La liberación integral de las personas y las sociedades, como
proyecto de la misión de Jesucristo, nos obliga a reaccionar ante este modo de
atentar contra la libertad y la dignidad humanas.
El daño descrito afecta a todos los sectores sociales, sin
embargo, es fácilmente comprobable que el sector más afectado es el
socioeconómicamente más vulnerable. Los más pobres son los más encadenados por
la perversa estrategia de los empresarios del juego. Generando expectativas
falsas de repentino y azaroso bienestar, se enriquecen vilmente con el dinero
de los que menos tienen. La opción por los pobres, como norma del Evangelio de
Jesucristo, nos obliga a advertir la perversión moral que la actual ausencia
del Estado en el mundo del juego representa. Ausencia que, a la vista de la
realidad, huele a desinterés, cuando menos.
El análisis de la realidad que hemos estado haciendo nos genera
algunos interrogantes que merecerían ser respondidos e informados públicamente
a la sociedad. ¿Cuánto ganan los casinos y las casas de juego en La Rioja?
¿Cuánto de lo que ganan queda para el Estado y la sociedad? Lo que nos queda,
¿cómo se distribuye y a dónde llega? ¿Cómo se hace el control fiscal de lo que
ingresa? ¿Cuánto gasta el Estado por reparar los daños que ocasiona la adicción
al juego? ¿Hay de parte del Estado un análisis profundo de los daños y han sido
cuantificados? ¿Qué instituciones, programas, políticas públicas, hay en La
Rioja para tratar la ludopatía? ¿Dónde funciona, quiénes son los responsables,
cuál es su presupuesto? Si existe el tratamiento de la ludopatía, ¿conocemos y
se han informado los resultados?
Finalmente, queremos recordar que este año se cumplen los 40
años del asesinato de Enrique Angelelli y de sus compañeros mártires. Una de
las causas sociales que asumió como parte de su compromiso con el Evangelio de
Jesucristo fue la lucha para impedir la instalación de casinos. Esto le
significó enemistarse con gente poderosa que colaboró a crear un clima de
rechazo que culminó con su asesinato. En un comunicado del 12 de abril de 1972,
el obispo expresaba: “Entiendo que el Casino, éste concretamente de La Rioja,
dadas las características de nuestra ciudad es una verdadera lacra. Es mentira
si se cree que este Casino es una fuente de promoción; es una verdadera
calamidad para tantos hogares riojanos que de sus magros sueldos públicos, deben
dejar parte de ellos en el Casino con la esperanza de que en el juego pueden
mejorar su suerte”. Sentimos que la realidad, en varios de los aspectos
descritos por Angelelli, está peor que entonces. Sus palabras siguen teniendo
una escandalosa actualidad.
Al conmemorar los 40 años de su asesinato, los legisladores y la
sociedad riojana haríamos mucho bien en no caer en meras e inútiles
declamaciones. Asumir sus causas con valentía y desinterés personal o de grupo,
es una de las mejores formas de honrar su memoria y santidad.
Junto a la presente nota adjuntamos firmas recogidas en nuestros
barrios adhiriendo a esta iniciativa social. Además, también quisiéramos, de la
manera que estimen conveniente, aportar algunas indicaciones al proyecto de Ley
existente con la intención de mejorar el servicio que preste a nuestra
sociedad. Los saludamos atentamente.
Los bendiga el Señor, a ustedes, a sus familias y a su
responsabilidad para con el bien común de los riojanos.
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